Breve viaje entre Victoria y Cardales.
El tren no sale... el tren sale! En el anden de los Diésel en Victoria se juntan unos pocos pasajeros que desde antes del medio día esperan la salida del tren,
Sin rendirse al tiempo que los retiene con una espera interminable, resignados a su surte aguardan la llegada del coche motor, ya son las 15y30 hs cuando las esperanzas de viaje están por terminar... y al fin sale de su letargo el tren! con rumbo a la nada...
Alguien escribió "Tren rumbo a la nada"... Será alguien que no tiene rumbo? Alguien que no tiene nada!
Entre los pasajeros hay una pareja de jóvenes, esperaron desde temprano para viajar y son los únicos que se ven felices sin importarles el tiempo, son también los únicos que fueron quedando a lo largo del recorrido, el resto del pasaje disminuyo en las primeras estaciones.
El tren con rumbo a la nada cruza los campos y estaciones, entre atardeceres anaranjados, rieles doblados, entre saltos y puentes va llegando a destino, con las muchas horas de espera y otro par mas de viaje, el sueño va venciendo a la lectura, la misma que antes venció el aburrimiento, y el tren se va quedando vacío.
El sol entra por las ventanas, las que no están pintadas de graffitis, el frío lo acompaña de prepo por los vidrios que faltan. Atardece en la estación de cardales, y el tren se aleja ya vacío rumbo a su ultima parada, para retornar mas tarde, por que este tren rumbo a la nada... Aun tiene destino.