viernes, 26 de diciembre de 2014

Pablo Neruda

Oda a la bicicleta.

Iba
por el camino
crepitante:
el sol se desgranaba
como maíz ardiendo
y era
la tierra
calurosa
un infinito círculo
con cielo arriba
azul, deshabitado.

Pasaron
junto a mí
las bicicletas,
los únicos
insectos
de aquel
minuto
seco del verano,
sigilosas,
veloces,
transparentes:
me parecieron
sólo
movimientos del aire.

Obreros y muchachas
a las fábricas
iban
entregando
los ojos
al verano,
las cabezas al cielo,
sentados
en los
élitros
de las vertiginosas
bicicletas
que silbaban
cruzando
puentes, rosales, zarza
y mediodía.

Pensé en la tarde cuando los muchachos
se laven,
canten, coman, levanten
una copa
de vino
en honor
del amor
y de la vida,
y a la puerta
esperando
la bicicleta
inmóvil
porque
sólo
de movimiento fue su alma
y allí caída
no es
insecto transparente
que recorre
el verano,
sino
esqueleto
frío
que sólo
recupera
un cuerpo errante
con la urgencia
y la luz,
es decir,
con
la
resurrección
de cada día.

Pablo Neruda.

domingo, 14 de diciembre de 2014

García Lorca

La noche

La noche con sombras de muerte invisible
con frío de nieve entre los estanques
con la luna por la ventana de la vida
La noche bajo estrellas de piedra sin sorpresa
La noche de farolas sin color hacia el último cielo
La noche sin paz desde el suelo extraño
La noche con la inquietud de un planeta con un beso ahogado
L a noche de sueños de ceniza entre los bosques jóvenes
de placeres sobre nubes tibias de nadie
de misterio con arena de vida relampagueante
La noche con sexo sin corona de sueño
La noche con temor de lluvia ávida de hastío
con sonidos de palabras de olvido
con pesadillas entre plumas derruidas
La noche en soledad de sonrisa de tierra rebelde
en silencio-de astros sin sombra
La noche de suavidad de noche de mis sueños
con perfumes de ojos hediondos
con sabor de pájaros altos en torno a la mirada

Federico García Lorca.